Blog dedicado a la filosofía, a las reflexiones del día a día.
sábado, 22 de noviembre de 2014
¿Gloria o indiferencia?
Rozar la indiferencia, mostrarse impasible ante lo que ocurre en nuestro mundo es una actitud cada vez más arraigada al carácter humano (por desgracia). Contínuamente anteponemos la gloria de un instante, un sentimiento efímero, a una culpabilidad eterna. ¿De verdad merece la pena? Muchos, inocentes y desconocedores del verdadero esfuerzo, dirán que sí, y otros tantos -menos- dirán que no. Ya sea por orgullo, ya bien por una idea falsa de dignidad, nos hacemos esquivos ante las situaciones más duras y adversas de la vida. Sí, es muy fácil ver las noticias día tras día: guerras, hambre, dolor, sufrimiento; y lamentarnos por todo eso, que ocurre a kilómetros de nuestro confort. ¿Lamentarnos? "Lamentarnos", más bien. Nos engañamos pensando en cuánto nos gustaría hacer, cuánto nos gustaría ayudar o cuánto nos agradaría que esas situaciones acabaran. Y digo que nos engañamos, sí, porque me arriesgo a decir que ninguno de nosotros -o casi ninguno- haría nada por cambiar la situación si tuviera la oportunidad en la mano. "Es demasiada responsabilidad" diríamos lavándonos las manos.
Y es así, de esta forma, como llegamos casi sin darnos cuenta a alcanzar una falsa gloria nacida de la indiferencia y el pasotismo, contribuyendo cada día más a la creación de una sociedad egoísta e inhumana. Quizá era necesario llegar a este punto para darnos cuenta de que tiene el mismo pecado no hacer, que hacer cuando hay que hacer.
Unos no actúan y los demás alaban. Que, como dicen por ahí, "la gloria no es más que la miopía de los espectadores".
No hay comentarios:
Publicar un comentario