Es por esto por lo que se nos plantea la cuestión fuerte del asunto: ¿Es posible una nueva dictadura en España?. Al principio, creí tenerlo muy claro: sí. Al llegar a casa, pregunté, investigué un poco más, y cambié de parecer. En ese momento mi respuesta fue un claro no. Pero, ¿por qué sí o por qué no? Entonces me declaré imparcial: ni si, ni no. Había motivos más que suficientes para defender ambas posturas, o así lo creí yo. ¿Y cuáles eran estos motivos? Decidí hacer dos listas en las que posicionaría comentarios a favor y comentarios en contra de esta pregunta.
Entre los "sí" aparecían los siguientes:
-Sí, porque se repetiría la situación anterior a la primera Guerra Mundial, donde el descontento social llevó al pueblo a apoyar regímenes totalitarios.
-Sí, porque tenemos un sistema de gobierno aparentemente débil, corrupto e inconsistente, que no satisface las necesidades que exige el pueblo español.
Y, entre los "no", encontré más motivos aún:
-No, la gente conoce los efectos de una dictadura, y saben también que esto implicaría un retroceso en muchos ámbitos.
-No, se nos privaría de todas nuestras libertades. Estaríamos perseguidos por nuestras ideologías.
-No, ya que una dictadura no es algo que se construya de la noche a la mañana, la democracia debería irse debilitando poco a poco.
Decidí dejar de buscar motivos. ¿Qué era lo que realmente quería yo? ¿Que volviera una dictadura, o que no? Llegué a la clara conclusión de que no.
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